Hay suelo por dónde piso
Por dónde salto los vacios de tus palabras
Y de tu consciencia que con silencio me castigan
Me ahogan
Me rompen
Me castran
En trastos sucios me pervierten
Y salen por la puerta ancha de tu desprecio
Y me cuentan los pasos que faltan
Y las cosas que no sé
Ni soy capaz de aprender
Con un cerebro atrofiado por el alcohol
Y las drogas
Y la envidia solitaria
De no conocer vida tranquila
Ni paz que luzca bien junto a mis diplomas
O lo que me quiero cuidar para adelante
Que no sea secreto o esperanza
De esas cosas elevadas no conozco
Por ser incapaz de tener pensamientos propios
O ideas buenas
O propias de buen ideario
O haber nacido con un marco de inteligencia
En el que sumergirme
Para no ser un objeto pedestre
Y olvidable
No recordable
En los círculos que frecuento
Porque ya no tengo otros
Y que se burlan a mis espaldas
Con sus dientes sucios y alientos agrios
Que agrian lo que dicen cuando sienten
La operática ignorancia de lo que hablo
Y no entienden
Y que se brulan de mi a mis espaldas
Y de frente
Y conspiran con otros como ellos
Y rien
Y cantan
Y profitan con sus talentos incomparables
Mientras yo me hundo más y más
En cajsa de vino
Y cigarrillos baratos
Y obscenidades que divierten
A los que gozan divirtiéndose
Y se rien más de mi que los demás
Que también lo hacen
Con sus maquillajes prefabricados
Y espaldas anchas
Compradas barato con una mastercard
Tetas y culos y vergas resplandecientes
Y familias atómicas de catálogo de La Polar
Productos naturales
Y pantalones bien tejidos
Y chalecos bien planchados
Y camisas decoradas por Mario Toral
O alguna otra marioneta sonriente
Del glorioso empresariado
Divina Providencia del arte corporativo
Creo que me cagué en los pantalones
martes, 18 de noviembre de 2008
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