jueves, 18 de abril de 2013

De otras yerbas, de vez en cuando.

Somos seres humanos, enlazados inequívocamente por ese pertenecer a una misma especie, tan frágil que sin otros seres humanos nos es muy difícil vivir y prosperar. Rodrigo Lira hablaba de la subvida en uno de sus poemas más famosos, testigo de las varias carencias, personales y testimoniales, que nos afligen durante la distancia que recorremos entre nacer y morir. Para gran parte de nuestros congéneres, ya no compatriotas, la subvida, que este olvidado poeta dibujaba sucintamente en 5 palabras, es una realidad diaria sin escape ni alivio. Dirán varios que por elección, sin detenerse a pensar qué, insertos como estamos en un sistema caníbal e inmediatista que ha transformado a los hombres (y mujeres, claro está. Ellas saben mejor que yo lo que es vivir junto a nuestro género miserable, superficial y pequeño) en poco más que un número que se utiliza como arsenal en la batalla que lleva más de un siglo librándose entre las grandes ideologías que pugnan por enrielar las fuerzas de la historia a su muy egoísta conveniencia, no hay mucho que puedan oponer los así llamados más vulnerables al bombardeo constante de información desvirtuada y desvirtuante que los mantiene adormecidos, tal como le gusta a los traficantes, mercaderes y explotadores. Y no hablo solamente de aquellos que ven a la humanidad como un eventual beneficio económico. Dentro del mismo saco caen todos aquellos que utilizan la buena fe y la ignorancia de estos, nuestros congéneres, como mano de obra en la construcción de sus desgastadas utopías totalitarias. Al final del día para ambos sectores representamos solo un voto más. Un voto más. Un engaño más en busca de ese voto. Otro ciclo de esperanzas prostituidas para mantener a las mismas familias en un circuito alternante de poder que lleva 200 años en el gobierno "republicano" y otros tantos siglos antes de eso funcionando con el mismo principio de la explotación de una clase social a manos de otra. Pero retomando la idea de la subvida, descubrimos escarbando tan sólo un poco en la historia reciente, que la abulia que caracteriza a un gran sector de la población es un efecto no colateral de la gran limpieza de casa que efectuaron los militares, con la complicidad de la derecha, para arrebatarle a la clase obrera lo que durante un siglo de lucha consiguió quitarle a la misma burguesía parásita que en 1973 se iba a instalar a las botas de Pinochet, marchando, protestando, enfrentándose a las fuerzas armadas, que siempre han estado del lado de los patricios y los aristócratas. ¿Qué hace falta para volver a tener ese pueblo instruido y consciente? ¿Como despertar a aquellos que prefieren seguir dormidos? ¿Cómo separar a los haraganes de los extraviados? Con trabajo. Con cercanía. Con esa inefable cualidad que nos trae a todos de vuelta a la misma especie: con Solidaridad. No esa solidaridad marqueteada por Mario Kreutzberger cada año en esa estafa que es la teletón. Esta vez se trata, parafraseando a Kropotkin, del imperativo evolutivo que nos permite sostenernos como especie. Porque es esa solidaridad la que nos permite buscar ese anhelo que todos en el fondo compartimos: La Libertad para Todos. Porque si somos libres, a la vez somos iguales y vivimos la equidad que nos permite a todos ser iguales, sin la necesidad de que existan ni leyes, ni religiones ni estado/gobernantes. Pero antes de llegar a este estado de las cosas es necesario caminar lento y largo, tratando de que nuestro mensaje se vaya extendiendo por el mundo, sin imposiciones; una fuerza indetenible que siempre ha estado presente entre la humanidad: El desprecio por el ejercicio del poder y por aquellos que desean ostentarlo.

Sin título 1

Esta es la hoja muerta
El verso en blanco
De vacío ciego y manos frías
La que no está porque se ha ido
como esa ilusión del reencuentro postergado

No fluyen ya como antes
Las notas que me completaban
Ni siento esas cosas en la punta de mis dedos
De la música que antes me desbordaba
Estoy seco y sin fuerza en la sesera
Soy una sombra de lo que antes era

Tengo mis anclas oxidadas
Mis velámenes rasgados
Y la sombra cansada
Un ángulo cerrado sobre mi vientre
Se destraza en mis copas derramadas
Soy trenza quemada de sorna y rabia

Solo ruido de poeta muerto
Ya sin labia

Un gruñido atorado en la garganta
Lobos muertos en carrera no domada
(Cayendo)
fulminados por la abyección de las palabras
Que no son venenos
Que el veneno está en quién las habla

Ya no me queda nada
Todo lo he vendido
Para costear el pan de la mañana
O el vino que refresca en el olvido
Cuando un día ya se acaba
Y no tengo a nadie
Que me sonría
Para acompañarme en las veladas

Heladas
Y agónicas horas de la madrugada.

sábado, 6 de junio de 2009

Total, las cosas son asi. A veces los dias se hacen cortos, otras muy largo, pero el Pinche sol sale por detras de la cordillera aunque los deseos sean para que no se acerque acechando por detrás de nuestras nucas...
Es lo que hay, dirán ustedes, los respetables, pero a mi no me sirven las excusas. Tampoco me sirve tratar de satisfacer a nadie o ninguno de los que me dicen: Somos cercanos, asi que tratémonos con guantes de seda... En palabras de Don William Shakespeare: MY ASS!!!!
Tratan de costearse unas sonrisas a costa mia y les invierto la tortilla con mi burlona y violenta sorna y a partir de ese momento soy el sujeto más despreciado de la tierra... Fuck it, dude... Pa medallita de oro las viejas... De todos modos puede que fuera un error hacer una ácida broma de ese calibre, pero si se estaban riendo de mi, ahora están llorando. Una lástima, porque independiente de que soy un imbécil, lo último que me gusta es hacerte sentir mal, niña. Pero lo hecho, hecho está... Desearía no ser tan (no quiero usar la palabra malo, porque eso le daría a mi estupidez la ambiguedad moral de los absolutos morales) cretino, pero tu sabes que soy muy raro, y que suelo tirar las palabras al viento por tirarlas, pero sin la intención de hacer daño... porque soy un tarado que no mide las consecuencias de sus actos. Si las midiera no estaría en este predicamento... Ser o no Ser... claro... que ... sí...

Pero como iba diciendo antes, soy un cretino y no me preocupo demasiado de las personas, quizás (y sólo quizás) de ti. Especialmente ahora. Pero parece que no lo suficiente, aunque diga yo lo contrario.

Mentira... Me preocupas y me importas y cambiaría cada risa, cada momento alegre que he tenido en mi méndiga vida por borrar lo malos ratos que te hago pasar. Y que lo hago sin la intención de hacerlo, como la burla de hombre que soy. Y tu, ambos lo sabemos, te mereces mucho más que un pendejo de 33 años... Sí: Así de patético es que soy... el pobre diablo, menos diablo y más pobre que has visto en tu vida... y como el típico fracaso de virilidad y caballerosidad que soy, ensucio y emponzoño y arruino todo lo que toco. Si las cosas fueran distintas, ya lo he dicho antes, yo no estaría en este predicamento: Si Ser o dejar de Ser...

Y ni siquiera pienso en pedir disculpas, aunque parezca que lo hago de este modo. Porque soy un hijoputa insensible y miserable. Y mientras en mis orejas retumba Suicidal Tendencies, porque todavía escucho las mismas basuras que siempre he escuchado (aunque haga como que escucho otras músicas más modernas), trato de no ser tan imbécil... ¡¡¡¡¡¡y fallo estrepitosamente!!!!!

lunes, 1 de junio de 2009

Un año más que se va...

Cuando era un niño me sentaba entre zorzales. Comiendo manzanas confitadas que un viejecito de aspecto muy anciano preparaba, anda tu a saber de que manera, para vender y llegar con algo de dinero a su pobre casa. No me gustan los ancianos. Le tengo miedo a los ancianos. No me gusta verlos, ni escucharlos. Mucho menos me gusta olerlos. Huelen a muerto en vida. A cementerio en desuso. (Sub)viven tratando de aferrarse a las cosas que todavia les dan vuelta por la remolacha de memoria que tienen, olvidando porque son lo que son y no otra cosa. Algunos se obsesionan con la trascendencia, otros solo quieren que la función se termine pronto y siguen dándole vueltas al asunto de seguir yendo hacia adelante de una manera que yo no entiendo. Es mucho más fácil tomar el "atajo", como le solía decir una niña que conocí en otras vidas. Ella lo tomó primero, con la arrogante precocidad de los que no se quedan esperando su turno. Los demás seguimos aqui, porque a los quince años las promesas son lo mismo que a los treinta: solo buenos deseos, pero sin nada que les pese como artes reales. La buena voluntad de seguir adelante con lo que hemos decidido no es suficiente para acompañar a los que se toman las cosas demasiado en serio. Estar y ser son cosas diametralmente opuestas a veces, pero no por eso mutuamente excluyentes.

martes, 26 de mayo de 2009

La fuente de todas las cosas.

Es ya de noche y otra vez las cosas que nos decimos son más fáciles de ignorar que sentarnos de frente para encontrar un punto de infinitud en las paredes que nos rodean. No voy a desmentir que soy un soberano idiota, y que cada palabra que sale de mi boca es una tragedia griega en busca de actores y una digna escenografía para bañar los pies cansados y la frente sucia, llena de erupciones grasosas que me adornan como la mítica corona de espinas de mis evangelios nucleares. Padre Nuestro que estas en los suelos, acabado por mi falta de tino y mi odio desconsiderado, te acuerdas de mi(?) Salvaos, Salvaos, Salvaos, oh, Gran Lluvia que nos acontece: Molly Bloom solto la lengua de sus colgantes tetas...
Yo ya sé las cosas que tengo que enfrentar mañana. Las tengo agendadas en el espectro que me mira silencioso desde las esquinas que refrendan el infierno de los ataudes que olvidaste en mis bolsillos, en tus bolsillos. En el alma que me regalaste para que mi camino fuera menos solitario de lo que me impuse de reina del drama. De mis berrinches caprichosos y las estupideces que le digo al mundo entero para que se distraigan y no me vean por lo que soy. Pero a veces me canso de ser un disparate. A veces me gustaría no ver a nadie y poder sentirme miserable sin tener que darle explicaciones a nadie. Porque todos las piden. Como si el asunto fuera con ellos y sus vidas les dieran para aconsejar a los que, como yo, se sientan entre las grietas de las veredas por dónde los que sí llevan la luz en sus frentes caminan para completar sus labores diarias. Y pasan por mi lado para completar sus labores diarias y pasan apurados porque los éxitos son escasos y el mundo no está construido sobre los cementerios que ya son cementerios de si mismos para impedirles el paso. Todo lo que la luz toca es de ellos y no mio. Pero no me interesa tener nada, asi que no es resentimiento o envidia lo que me lleva a despreciarlos como los desprecio. Porque en realidad no los desprecio. No tengo como despreciar las cosas que no comprendo. Lo único que me dejan estas payasadas son momentos de soledades y cansancios que me aprietan el alma y el corazón. El famoso corazón de pasa del que se han reído tantos. Y que ha llegado a ser asunto de discusión entre los grandes pensadores del mundo y los que se sientan al otro lado de las alamedas, que por grandes que sean siguen estando cerradas con sendos, tremendos candados y las proverbiales siete llaves. Aunque desde aqui, tan afuera que no se consideran ya distancias exactas a estas distancias inexactas en las que me encuentro, dividido por partes utilizables, de las grandes puertas, de las grandes alamedas, escucho claramente que hay gente dentro riéndose a horcajadas-carcajadas de los imbéciles que esperan entonando cancioncitas de protesta a que los dejen entrar antes de que la muerte de la máscara roja que deambula entre todos los incautos buscando la puerta de las grandes alamedas se los lleve con el viejo de mierda que todos saben y conocen a la salita, preciosa, hermosa, monona, en que todos los proletarios esperaremos a que nos den juicio certero e imparcial cuando lleguen a buscarnos de las patas de la cama y nos digan tu para arriba y tu para abajo y los que dentro de las grandes alamedas fornican con la Gran Puta, la Gran Ramera, nuestra idiosincrática Babilonia del libre mercado, ya estén bien acomodados en el cielo mirando el juicio emitido siguiendo con su fiesta interminable, Yo seguiré aquí esperando que dejen de mirarme con la detención curiosa de los impertinentes y me dejen ser el que siempre soy debajo de mi sonrisa.

Esta leche no está buena... y mañana es Navidad

Buenas Noches

sábado, 23 de mayo de 2009

25

Hoy
Tu luz
No
Se llena
Con nada

Los gatillos
Son fríos
Y el metal
Cruel

Fácil
Es Salir

Pero afuera
No
Conozco
A
Nadie

Untitled

Alguien que apague la Puta luz
No es tres el versículo que te regala el cura

Alguien que apague la Puta luz
Alguien que apague la Puta luz
Y los adornos jerigonzos del Puto árbol
Y los aquarios de famélicas virtudes
Y las castañas osos y delfines
Los putos mimos
Y la mierda con antigüedades
Y los pintores de bigote floreado

La Puta luz
Y los Putos perros

Occipital

Tomates

Y Visceras desparramadas