lunes, 4 de mayo de 2009
Sal Salada
Los oscuros ojos de los visitantes me miran desde la profunda oscuridad de esta mazmorra. Sé que tengo otras cosas por hacer, que poco tienen que ver con lo que tengo en mente, pero el tiempo es escaso. El tiempo siempre es escaso. La esperanza una tontería. Los que ponen atención se han dado cuenta ya. La vida que creímos elegir ya no nos pertenece. Nos fue arrebatada con la callada decisión de nuestros mayores, en medio de pasillos soterrados y conversaciones murmuradas. Los oscuros ojos no pestañean, solo se mantienen imperturbables en la congelada tristeza de los que ya no están descansando. No pestañean. No pestañean ni hacen gran cosa. Están todo el tiempo mirando por encima de sus angustiadas pesadumbres. Ojos imperturbables de profunda perturbación. Lejanos y silenciosos. Cercanos e inconsolables.En una mano llevaba las llaves del cielo y de la tierra prometida, convencido de mi éxito seguro una vez arrojado a los pies de mis conciudadanos. Y saben todos que Bruto es un buen hombre. Yo también lo soy, me convencí de mis mentiras. Solo tengo que llevarme un par de calcetines y el cepillo de dientes; mi grandeza está escrita sobre piedra y mi triunfo sobre las débiles mentes que me rodean está a la vuelta de la esquina. Ahora nadie quiere estar en mi lugar. Ni yo quiero seguir esta frustrada esperanza de victoria.
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1 comentario:
LUGUBRE GOMBADRE... AS USUAL...
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